El Trastorno del Espectro Autista (TEA) es una condición neuroconductual que afecta la comunicación, la interacción social y el comportamiento de las personas. Se le llama “espectro” porque abarca una amplia variedad de características y niveles de severidad, desde dificultades leves en la comunicación social hasta desafíos significativos en múltiples áreas. Las principales características del TEA pueden variar, pero generalmente incluyen:
Es importante destacar que cada persona con TEA es única y las manifestaciones de la condición pueden variar ampliamente. Algunas personas pueden tener habilidades excepcionales en áreas específicas como matemáticas, música o arte.
El Cannabidiol (CBD) ha demostrado tener propiedades ansiolíticas y neuroprotectoras que pueden ser relevantes para ciertos aspectos del TEA, como la ansiedad, la agresividad, los movimientos estereotipados y los cambios en la conducta.
Las personas con TEA a menudo tienen poca tolerancia a la frustración y dificultades para interactuar con otros. El CBD, a través de su efecto ansiolítico, ayuda a regular emocionalmente al paciente, reduciendo gritos y llantos constantes. Además, el CBD induce un sueño profundo, lo que facilita conciliar el sueño y mantenerlo durante la noche.
Muchos niños con TEA tienen dificultades para controlar esfínteres y pueden ser muy selectivos con los alimentos. El cannabis puede promover el desarrollo neurológico, ayudando a resolver estas situaciones.
Aunque existen estudios prometedores sobre los beneficios del cannabis en pacientes con TEA, es importante tener en cuenta que no existe una dosis estandarizada. Por lo tanto, es necesario ajustar la dosis individualmente para alcanzar el efecto terapéutico deseado.
Nombre: Alejandro
Edad: 7 años
Diagnóstico: Trastorno del Espectro Autista (TEA)
Cuadro clínico: El padre de Alejandro acudió a consulta refiriendo que su hijo era agresivo con su esposa y su hija menor, arañando y autolesionándose cuando se le negaba algo. Alejandro gritaba y lloraba sin razón aparente, tenía un lenguaje limitado y era muy selectivo con la comida, no tolerando frutas ni verduras. No había sido medicado por decisión de sus padres, no controlaba esfínteres y tenía problemas para conciliar el sueño.
Se inició una terapia con un aceite sublingual predominante en CBD, administrado tres veces al día. Cada cinco días, el padre de Alejandro ajustaba la dosis. En la segunda semana se observó un cambio significativo en su comportamiento, tolerando mejor situaciones estresantes, mejorando su comunicación y contacto visual. Además, su sueño se reguló y despertaba de mejor humor.
Después de tres meses de tratamiento, Alejandro logró controlar esfínteres, empezó a expresar emociones y mejoró su capacidad de comunicación. No presentó efectos adversos significativos, salvo somnolencia en los primeros días. Actualmente, continúa en tratamiento con excelentes resultados.
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